viernes, 8 de julio de 2011

Rol docente, comprensión-interpretación-aplicación del quehacer pedagógico de la educadora

El rol del docente tiene que ver con su capacidad para poner en juego sus competencias docentes en la comprensión, interpretación y aplicación de lo que hace. Sin embargo lo anterior exige clarificar lo que se quiere decir con estos términos.


Tanto la comprensión como la interpretación tienen que ver con la hermenéutica dado que la comprensión se refiere a la atención que presto a los detalles que acontecen en mi práctica docente y a saber distinguir los aspectos que pueden favorecer el mejoramiento de lo que se hace, sin fracturar más bien en la posibilidad de ver desde la complejidad las opciones viables para trascender.

La interpretación me lleva a ser capaz de entablar un dialogo con el otro refiriéndome a los textos, a mi contexto y los que participan educativamente, evitando los malos entendidos, situación que permeaba mi práctica docente.

El hablar de los conceptos anteriores por separado no significa que se den como procesos aislados, sino que se ponen en juego de tal manera que sería muy difícil poder determinar cuando empieza uno y termina el otro. El cuestionamiento sirve de motor para movilizar la comprensión-interpretación y aplicación del quehacer pedagógico, porque se está en constante duda de lo que se hace, para que se hace y cómo se hace, a ello se refiere, Quintar (2009) cuando dice que nos impulsa a comprender, aprender y encontrarnos activamente en el presente y en la construcción propositiva de proyectos de vida individual, llevando así al docente a buscar otras formas de conocer y entender lo que acontece.

Organización y evaluación de contenidos de aprendizaje en el niño en edad preescolar

La práctica docente, considerada como la multiplicidad de relaciones que se dan y se encuentran dando en un espacio y momento determinado, donde se encuentra un sujeto responsable ética y moralmente de formar sujetos capaces de ser, vivir y convivir con los demás, por tanto su intervención de ninguna manera puede partir del sentido común, aunque se encuentra permeada en muchas ocasiones de lo que está determinado desde un curriculum, que es diseñado para formar sujetos que exige la sociedad y que en este momento es globalizada y entonces se tiene la idea de que lo más importante es trabajar la mayoría de las competencias en este caso el Programa de Educación Preescolar 2004.

Si bien es cierto que es necesario tener un punto de partida, para empezar a realizar una práctica docente es importante rescatar que no se trata de abordar por abordar ciertas competencias, sin reparar en los contenidos que son relevantes y necesarios para los alumnos, dado que el contexto en el que se encuentran inmersos lo demanda y el proceso de la evaluación es para saber el nivel de desarrollo de los niños, para que se tenga presente los saberes previos, las necesidades de aprendizaje y entonces dar y darse cuenta si se está atendiendo a ello.

El proceso de evaluación no empieza y termina dentro de la escuela entendido como el espacio que ocupa la institución porque se extiende a un espacio más amplio en sentido de que tambien cuenta con una familia establecida en un lugar de una comunidad y es importante reconocer este ambiente y el desempeño del niño en estos espacios.

Los contenidos de aprendizaje deben surgir del conocimiento que tiene el docente de sus alumnos; es decir de lo que estos saben hacer y de lo que muestran alguna dificultad para entonces plantear situaciones de aprendizaje.

Si considero a la evaluación como el proceso en el cual el sujeto docente pone en juego sus competencias docentes para identificar las necesidades y procesos de aprendizaje del alumno y a los contenidos como los campos del conocimiento que posibilitan la orientación de la intervención docente seleccionados a partir de las circunstancias y características del contexto en interacción con lo propuesto en el curriculum, entonces la evaluación de los contenidos de aprendizaje en el niño supone que se tiene que tomar cierta distancia en un momento dado, para realizar una valoración y emisión de juicios respecto a lo que se espera hayan aprendido los alumnos y lo que se rescata de manera observable.

La participación educativa y el liderazgo e intervención educativa

Partiendo de la idea de la participación educativa es entendida como el nivel de involucramiento hacia el logro de un fin, posibilita preguntarse ¿cómo hacer que la familia participe de manera activa en el proceso de formación del niño cuando sus circunstancias los limita? (Diario Cris, 13-04-11)

Esta cuestión me lleva a pensar en las estrategias que se ponen en marcha para involucrar tanto a los padres de familia, autoridades educativas y civiles de la comunidad, a las compañeras docentes y los alumnos en el proceso de construcción, ejecución y evaluación de las situaciones de aprendizaje.

A este respecto considero que el liderazgo tiene que ver mis posibilidades para implicar a los demás en el proceso de aprendizaje de manera consciente, ello habla entonces de la manera en que intervengo para construir escenarios que posibiliten el sentido de pertenencia y responsabilidad ética y moral de todos los que participan de manera directa o indirecta en la tarea de enseñar y aprender.

Los sujetos de la educación y el aprendizaje en la educación preescolar

Tener la posibilidad de definir de quienes se habla cuando se dice, los sujetos de la educación representa en este momento de mi practica una cuestión esencial dado que hasta hace poco tiempo me veía sola en el proceso de enseñanza y aprendizaje.

Hoy reconozco que esta manera de pensar se anula cuando abro la posibilidad de pensar en construir aprendizaje en comunidad, porque los otros enriquecen lo que pienso y por ende lo que hago por tanto, reconozco a los alumnos, padres de familia, autoridades educativas inmediatas superiores, autoridades municipales y comunidad en general como parte del proceso de enseñar y aprender.

Una vez que se reconoce la existencia de estos sujetos se puede pensar entonces en ¿cómo involucrarlos de manera activa en el proceso de aprendizaje?, esta cuestión vuelve compleja la tarea del sujeto docente dado pareciera que se esta situado en dos extremos, por un lado se está en soledad y por el otro se está con muchas personas y desde mi punto de vista lo importante es el estar, porque la tarea del docente es mediar el aprendizaje desde lo establecido curricularmente hablando y lo que contextualmente es necesario para el alumno y ello es una proceso individual y la manera en que hace participes a los demás puede facilitar u obstaculizar el logro de los propósitos que se plantea cono aprendizajes esperados.

El trabajo colegiado y proceso educativo en el nivel preescolar

Pensar en la intervención pedagógica como la práctica de equidad y democracia y tener la posibilidad de estar constantemente cuestionando que hago, para que, desde donde y como lo hago. Me implica asumirme epistemológicamente como un sujeto que no cuenta con verdades absolutas, pero con la oportunidad de conocer mis propias verdades a partir de mis propias circunstancias, pero en la necesidad de construir con los otros y entonces me cuestiono ¿cómo concebir el trabajo colegiado?

El trabajo colegiado supone la interacción de los sujetos que están involucrados en el proceso de enseñanza y aprendizaje y que representan una posibilidad para mejorar lo que hace, dado que al escuchar al otro, posibilita la reconstrucción y reorientación de lo que se hace y se habla de tener una visión de futuro semejante de tal manera que los esfuerzos de todos facilita el logro de los propósitos educativos (Olive,2004)

De esta manera es que al ofrecer y darse la oportunidad de trabajar colegiadamente implica también potenciar las competencias profesionales docentes y entonces se pueden escuchar diálogos que giran en trono a como mejorar la práctica docente como:
F: No doy lo que mis niños esperan de mi.
L: Enseñar lo que necesitan
C: ¿cómo saber que necesitan aprender?
F: A veces los niños te van dando la pauta de lo que necesitan. Una necesidad de ellos es hacer entender que les ayuden a hacer la tarea.
L: Observar, entrevistarlos, ver cómo viven.

La educación como formación para estar en el mundo

Cuando en mi práctica docente rescato frases como me da mucho gusto el haber logrado el día de hoy que mis alumnos se hallan interesado en la realización de las diferentes secuencias didácticas que traje planeadas (Diario Cris 10-03-11) me hace pensar verdaderamente ¿estoy educando o simplemente hago participes en actividades a mis alumnos?

Ello me hace entonces hacer una distinción entre la escolarización y la educación dado que en la experiencia se suele hacer uso de los términos de forma indistinta para referirse al proceso a través del cual el alumno aprende y el docente enseña. Si bien es cierto que en ambos conceptos se encuentra presente el proceso de enseñanza y aprendizaje ¿Qué es lo que los hace diferentes entonces?

En mi opinión la escolarización tiene que ver con la oportunidad y derecho legal que tiene todo ciudadano para asistir y ser aceptado en una escuela, que esta enunciada en el artículo tercero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y la educación tiene que ver con la intervención pedagógica del sujeto docente al movilizar y potenciar sus competencias para ser capaz de mediar los propósitos del curriculum y las necesidades de aprendizaje que demanda el contexto en el cual está inmerso el sujeto alumno.

Pensar de esta manera a la educación complejiza entonces el proceso de enseñar y aprender, dado que el docente no es el único que sabe, si bien es cierto que es el responsable de llevar el proceso que genere las condiciones y aproveche las circunstancias para que se construya el aprendizaje a partir del reconocimiento y abordaje de contenidos transversales, el sujeto alumno tiene la posibilidad y potencialidad para realizar esa construcción a través de su participación activa en los diversos escenarios que el docente le plantea.

Por tanto en este momento de la realidad socio-cultural, se hace necesario pensar a la educación como ese proceso integral a partir del cual nos potenciamos como sujetos capaces de ser, vivir y convivir con los otros, dado que en nuestra condición como seres humanos tenemos la necesidad de estar en constante acción.

Comunidades de aprendizaje y educación

Tener la capacidad de aprender como una forma de vida es una cuestión que en la actualidad resulta sumamente importante dado que la realidad, entendida esta como que sucede en un momento y espacio determinado exige sujetos con posibilidad de encontrarse en constante construcción y reconstrucción de su práctica docente que den respuesta a las necesidades que plantea.

Por tanto la búsqueda de espacios que posibiliten ese aprender constante es una cuestión que atañe a cada sujeto docente, sobre todo si se piensa en que el aprendizaje es un proceso individualizado que resulta de su interacción con los otros donde se movilizan todo tipo de creencias, saberes y conocimientos de orden social, cultural, disciplinar, etc.

Partiendo de la idea de concebir como educación como ese proceso integral a partir del cual nos potenciamos como sujetos capaces de ser, vivir y convivir con los otros, dado que en nuestra condición como seres humanos tenemos la necesidad de estar en constante acción., donde se ponen en juego los propósitos didácticos que surgen precisamente de la demandas de la sociedad actual trascendiendo en la vida; es decir formar desde lo que curricularmente está planteado pero transversando la vida del alumno.

Entonces se pone de manifiesto el cuestionamiento ¿cómo poder desde el aula formar sujetos para la sociedad y de la sociedad?, cuando digo para la sociedad me refiero a que la escuela de alguna manera ha de dar respuesta a las exigencias sociales, pero cuando digo de la sociedad me refiero a la posibilidad de construcción de realidades sociales diferentes a partir del involucramiento y accionar del mismo sujeto, esto supone una posición epistemológica del docente.

Ante esta idea puedo pensar en que resulta imposible pensarse y sentirse solo, (como parte la subjetividad) en el proceso de formar sujetos puesto que una comunidad de aprendizaje concebida esta como la oportunidad que cada docente tiene y se da a sí mismo para continuar aprendiendo en donde existe la posibilidad de contrastar la experiencia y la teoría en un tiempo y momento determinado para construir conocimiento desde el contexto y las circunstancias de donde se encuentra inmerso.

Por tanto hablar de tiempo significa que cada sujeto es quien hace uso de su capacidad de toma de decisiones dado que es quien determina, cuando empezar a intervenir sobre su propia practica a diferencia de lo que hasta hace poco concebía pues pensaba que la formación continua tenía que ver con la asistencia a los cursos que de alguna manera son obligatorios como los TGA (que ahora son Cursos Básicos de Formación Continua), los Consejos Técnicos Consultivos y que en realidad lo que preocupaba era cubrir el horario destinado, puesto que formaba parte de la jornada diaria, razón por la cual muy pocos teníamos la conciencia de la importancia de contar con esos espacios.